La fiebre aftosa en animales es una de las enfermedades más contagiosas dentro del sector ganadero. Aunque a día de hoy no hay nadie con esta enfermedad en España, la cercanía de focos activos en otros países hace que no nos podamos olvidar de tener vigilada y reforzada la bioseguridad. Si no se detecta a tiempo, su impacto económico y sanitario puede ser terrible.
A continuación, te explicamos qué es, cómo identificarla y qué medidas son clave para prevenirla y contener su propagación.
¿Qué es la fiebre aftosa?
La fiebre aftosa, también conocida como glosopeda, es una enfermedad vírica que afecta a animales con pezuña hendida, como vacas, cerdos, ovejas y cabras. Está provocada por un virus del género Aphthovirus, que se transmite con mucha facilidad entre animales y explotaciones.
Se caracteriza por la aparición de lesiones vesiculares en la boca, lengua, labios, pezuñas y ubres, acompañadas de fiebre alta, abatimiento y pérdida de apetito. Estas llagas son dolorosas y dificultan algunas tareas como comer o moverse, lo que repercute de forma negativa en la producción de carne y leche.
¿Cómo se transmite la fiebre aftosa en animales?
El virus se propaga por contacto directo entre animales como por medios indirectos. Se puede transmitir a través de saliva, orina, leche o estiércol. Además, tiene la facilidad de viajar por el aire en distancias considerables si hay mucho viento.
Otro factor importante es el contagio por objetos contaminados: ropa, calzado, vehículos, herramientas o alimentos pueden actuar como vectores si no se aplican protocolos de desinfección. La fiebre aftosa tiene una capacidad de contagio muy alta, por lo que al mínimo caso que haya, ya puede empezar a extenderse muy rápido.
Síntomas y detección de la fiebre aftosa
Lo normal es que los síntomas aparezcan entre los 2 y 14 días después del contagio, aunque en algunos casos pueden tardar hasta 21 días. El primer signo suele ser la fiebre alta, comportamiento apático, salivación excesiva y pocas ganas de comer.
Las vesículas en la boca y las patas son los signos más evidentes. Al romperse, causan dolor y hacen que el animal no pueda caminar. En los animales más jóvenes, el virus puede provocar complicaciones cardíacas graves, e incluso la muerte. Aunque para confirmar el diagnóstico se necesita hacer el análisis en laboratorio, es esencial que el propio ganadero esté informado sobre los síntomas para que no se propague todavía más.
¿Cuál es el impacto económico de un brote?
Aunque la tasa de mortalidad en adultos no suele ser alta, las pérdidas económicas son muy altas. La fiebre aftosa en animales es la causa de paralizar explotaciones enteras, sacrificar animales infectados o que pueden estarlo, seguir controles sanitarios muy estrictos y, en muchos casos, suspender las exportaciones de productos ganaderos.
Como ya hemos comentado, un solo foco puede afectar a toda una comarca y perjudicar la imagen sanitaria del país ante los demás mercados internacionales (y con consecuencias que pueden durar años).
Medidas de prevención y control recomendadas
Prevenir la entrada del virus es la mejor forma para controlar esta enfermedad. Por eso, el Ministerio de Agricultura tiene medidas muy claras que se pueden aplicar:

Bioseguridad en las explotaciones
Es esencial controlar quién entra en la granja, limitar el movimiento de personas y coches, desinfectar las entradas y salidas, y establecer protocolos para nuevos animales, incluyendo periodos de cuarentena.
Vigilancia activa y formación
Tanto ganaderos como veterinarios deben estar capacitados para detectar los síntomas de la enfermedad y avisar ante cualquier sospecha.
Planes de contingencia
Aunque en España no existe esta vacunación por ser un país libre de la enfermedad, sí que hay protocolos de vacunación de emergencia en caso de brote. Estos planes, coordinados por las autoridades, permiten actuar rápido, contener la propagación y restablecer la normalidad sanitaria lo antes posible.
¿Qué hacer ante un posible caso?
Si por lo que sea se sospecha un caso de fiebre aftosa, lo primero que hay que hacer es inmovilizar a los animales y evitar cualquier movimiento dentro o fuera. Después, hay que avisar de inmediato a los servicios veterinarios oficiales, que se encargarán del diagnóstico y activarán el protocolo. En caso de que sea fiebre aftosa, se delimitarán zonas de protección y vigilancia alrededor de la explotación afectada, se procederá al sacrificio sanitario y se aplicarán medidas de limpieza y desinfección intensiva.
La importancia de actuar antes de que ocurra
La fiebre aftosa en animales puede parecer una amenaza que nos queda lejos, pero hay que estar concienciados de que su aparición (aunque sea puntual) pone en riesgo todo. En un abrir y cerrar de ojos. Unas buenas prácticas en bioseguridad, la trazabilidad del ganado y la formación continua son herramientas que hay que tener presentes para que este virus esté lo más lejos posible de nosotros.
Adoptar medidas de prevención no solo protege tu explotación, sino también al conjunto del sistema agroalimentario. En Zoomedic estamos comprometidos con la salud del ganado y el futuro del campo. ¿Quieres reforzar tu plan sanitario o implementar medidas específicas de bioseguridad? ¡Echa un vistazo a los laboratorios con los que trabajamos y hazlo hoy mismo!