En el ámbito de la salud animal, la prevención es lo más poderoso. Y dentro, las vacunas biológicas ocupan un lugar central, ya que ayudan a proteger a los animales contra todas aquellas enfermedades que pueden afectar su bienestar y la productividad en la ganadería. Sin embargo, para que estas vacunas sean eficaces al 100%, el modo en que se manipulan y almacenan es tan importante como su propia composición.
Uno de los métodos más fiables es el almacenamiento en nitrógeno líquido. Y te estarás preguntando qué es esto. Pues bien, es una técnica que garantiza que los componentes activos de las vacunas se mantengan en buenas condiciones hasta el momento de su aplicación. Pero ¿qué implica este procedimiento y por qué es tan importante? En este artículo, desde Zoomedic te lo contamos de forma clara.
¿Qué son las vacunas biológicas?
Las vacunas biológicas se hacen a partir de microorganismos vivos (virus, bacterias o parásitos, para que nos entendamos) que se han modificado o debilitado para que no causen la enfermedad, pero sí estimulen al sistema inmunitario del animal. De esta forma, se consigue que el organismo desarrolle defensas y pueda responder de manera más rápida y efectiva si entra en contacto con el patógeno más adelante.
En el sector veterinario, estas vacunas son esenciales para prevenir enfermedades en ganado bovino, porcino, ovino, aves y animales de compañía. Su buen uso repercute no solo en la salud de los animales, sino también en la seguridad alimentaria y en la rentabilidad de las explotaciones ganaderas. Es un 3 en 1.
Por qué el almacenamiento es tan importante
La eficacia de las vacunas biológicas, en gran parte, depende de su conservación. Al tratarse de productos muy delicados, cualquier variación en la temperatura puede alterar sus propiedades y reducir su efectividad. Aquí es donde entra en juego el nitrógeno líquido, un recurso que permite mantener las vacunas a temperaturas extremadamente bajas (hasta -196 ºC). En estas condiciones, la actividad biológica de los microorganismos queda prácticamente detenida, evitando su degradación y alargando su vida útil.
Ventajas del almacenamiento en nitrógeno líquido
El uso de nitrógeno líquido en el almacenamiento de vacunas tiene beneficios claros. Por ejemplo:
Conservación a largo plazo
Las vacunas pueden mantenerse en buen estado durante meses o incluso años sin perder su capacidad inmunogénica.
Seguridad biológica
Al mantener a los microorganismos inactivos, se reduce el riesgo de que sufran alteraciones o mutaciones no deseadas.
Disponibilidad inmediata
Las vacunas guardadas de este modo pueden estar listas para su aplicación en el momento que se necesiten, sin que comprometan su eficacia.
Estandarización en ganadería
Este sistema facilita la planificación sanitaria de explotaciones de gran tamaño, donde es necesario vacunar a muchos animales en ciertos periodos concretos.

Manejo y precauciones necesarias
Aunque el almacenamiento en nitrógeno líquido es un procedimiento muy seguro y que se suele utilizar mucho, requiere algunas precauciones para garantizar tanto la calidad como la seguridad de quienes lo manipulan.
Es esencial seguir los protocolos que se imponen a la hora de congelar y descongelar las vacunas. Si se descongela demasiado rápido puede dañar la integridad de los microorganismos y, por tanto, reducir la efectividad de la vacuna. Además, el nitrógeno líquido, al encontrarse a temperaturas tan bajas, debe manipularse siempre con equipos de protección concretos (guantes, gafas, pinzas especiales) para evitar quemaduras por frío.
Aplicación en el sector veterinario
En la práctica, las vacunas biológicas y almacenamiento en nitrógeno líquido forman parte de lo esencial dentro de la medicina veterinaria moderna. Granjas, clínicas y centros de investigación se benefician de este sistema porque consiguen que haya vacunas fiables y seguras en todo momento.
Por ejemplo, en explotaciones de bovino o porcino, es muy normal que el hecho de que haya enfermedades infecciosas acabe teniendo un gran impacto económico, contar con vacunas bien conservadas es sinónimo de prevención y tranquilidad. Lo mismo ocurre en el ámbito de la avicultura y la cunicultura, donde la rapidez de transmisión de ciertas patologías hace que la vacunación masiva y fiable sea indispensable.
El papel de empresas especializadas
No basta simplemente con disponer de la tecnología: se necesita también una cadena de distribución eficiente y segura.
En Zoomedic nos preocupamos y nos aseguramos de que las vacunas biológicas lleguen a los profesionales las mejores condiciones. ¿Cómo lo hacemos? poniendo en marcha una logística bien organizada, con controles de temperatura y equipos ideales para el transporte y almacenamiento.
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